Alerta | Cada vez se encuentran más partículas de plástico en muestras de lluvia.
En abril de este año unos científicos se quedaron sorprendidos al encontrar plástico en zonas tan remotas y naturales como los montes Pirineos. Ahora, otro estudio ha encontrado también plástico en las Montañas Rocosas de Estados Unidos.
En ambos casos sorprende la forma en la que se ha encontrado: en muestras de lluvia de estas zonas. El plástico está llegando a áreas naturales en forma de fibras y trazas de microplásticos en la lluvia.
En el caso de los Pirineos se encontraron un promedio de 365 partículas de plástico, fibras y trazas por metro cuadrado todos los días. Los plásticos encontrados eran del tipo poliestireno y el polietileno, son comúnmente utilizados para fabricar envases de un solo uso o bolsas por ejemplo.
Estos dos descubrimientos plantean nuevas dudas sobre cómo todos los desechos plásticos que tiramos repercuten en el planeta. Ya no es solamente que ensucian y no son degradables, sino que los restos se transforman en microplásticos capaces de impregnar el aire, el agua o cualquier área del planeta.
No es posible rastrear cuál es el origen exacto de estos microplásticos descubiertos en las muestras de lluvia. Los responsables de la investigación en las Montañas Rocosas sugieren que casi cualquier cosa que esté hecha de plástico podría desprender pequeñas partículas que luego suben a la atmósfera. Ahí arriba, una vez se suman al agua de las nubes, entran en el ciclo del agua que las hace descender, desplazarse por la Tierra (y en consecuencia depositarse en organismos) y luego filtrarse en bajo Tierra o subir de nuevo.
El aspecto preocupante aquí es la capacidad que tienen los microplásticos de desplazarse por todo el planeta. El equipo que recolectó muestras en los Pirineos lo hizo a 6 kilómetros del pueblo más cercano y a 120 kilómetros de la ciudad más cercana. Con semejante distancia, los científicos creen que existe la posibilidad de que los microplásticos estén realmente en cualquier lugar.
Las conclusiones de la investigación sugieren que los microplásticos habían podido viajar alrededor de 100 kilómetros por el aire. Se ha llegado a esta cifra correlacionando la cantidad de partículas, la fuerza del viento en el área y otros datos meteorológicos disponibles. Sin embargo, indican que los microplásticos podrían llegar aún más lejos.
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